La Fundación de Oviedo
Oviedo fue fundada en el año 761 por los monjes Máximo y Fromestano, quienes establecieron un monasterio dedicado a San Vicente en lo que entonces era un territorio cubierto por espesos bosques. Este monasterio se convertiría en el núcleo originario de la ciudad.
La elección del lugar no fue casual: se trataba de una zona elevada (232 metros sobre el nivel del mar), bien comunicada por antiguas calzadas romanas y con abundantes recursos naturales. Además, su posición estratégica ofrecía protección frente a posibles incursiones.

Claustro del monasterio de San Vicente, núcleo fundacional de Oviedo
Datos clave de la fundación
Los monjes fundadores
Máximo y Fromestano eran religiosos procedentes de Toledo que huían del avance musulmán en la Península Ibérica. Según las crónicas medievales, llegaron a Asturias buscando un lugar seguro donde establecer una comunidad cristiana.

Fragmento de la Regla Benedictina que seguían los monjes fundadores
El monasterio que fundaron seguía la regla benedictina y rápidamente atrajo a otros monjes y pobladores. La tradición cuenta que el rey Fruela I, nieto de Pelayo, nació en este monasterio, lo que reforzaría los vínculos entre la incipiente Oviedo y la monarquía asturiana.
Los primeros asentamientos
Alrededor del monasterio de San Vicente comenzó a formarse un pequeño núcleo urbano. Los primeros pobladores fueron:

Restos arqueológicos de la muralla primitiva de Oviedo
Este asentamiento inicial se ubicaba en lo que hoy es el barrio de Socastiello, cerca de la actual Plaza del Paraguas. Las excavaciones arqueológicas han encontrado restos de viviendas y talleres de esta época.
El reinado de Fruela I (757-768)
Fruela I, hijo de Alfonso I y nieto de Pelayo, fue el primer monarca asturiano que mostró interés por Oviedo. Durante su reinado:

Representación histórica del rey Fruela I
Sin embargo, su asesinato en el 768 frenó temporalmente el desarrollo de la ciudad, que no recuperaría su impulso hasta el reinado de Alfonso II el Casto.
Oviedo como capital del Reino
El verdadero despegue de Oviedo llegó con Alfonso II el Casto (791-842), quien trasladó la corte desde Pravia y estableció la capitalidad del Reino de Asturias en Oviedo. Durante su reinado:

Recreación artística de Oviedo en el siglo IX
Este periodo marcó el nacimiento de Oviedo como ciudad y centro político-religioso, función que mantendría durante toda la Edad Media.